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30 de octubre de 2019

"A trabajar para que nadie más pase hambre"

Alberto Fernández participó de la asunción del gobernador de Tucumán,Juan Manzur . El presidente electo se comprometió a restituir los derechos que anuló el macrismo. Ratificó su apoyo a los gobernadores. También visitó Santiago del Estero.

Al descender del avión que lo llevó a Tucumán, Alberto Fernández recibió dos abrazos muy diferentes. El primero se lo dio el potente calor húmedo de la provincia y el segundo, mucho más amistoso, se lo brindó un emocionado Juan Manzur. No era para menos, Fernández realizaba su primer acto público como presidente electo en la asunción de su segundo mandato como gobernador. Rodeado de buena parte del consejo directivo de la CGT, intendentes bonaerenses y mandatarios provinciales, Manzur no sólo reivindicó su primera gestión sino que se comprometió a acompañar al nuevo presidente para "poner de pie a la Argentina" en el marco de un modelo político de "desarrollo en equidad". A su turno, Alberto ratificó la gravedad de la crisis que deja Mauricio Macri y como tal indicó que va a tener que "enfrentar un tiempo complejo" pero se comprometió a trabajar --junto a la totalidad de los gobernadores-- "para que en la Argentina nadie más pase hambre".

 

La plaza principal de la capital tucumana estuvo desde temprano lista para recibir a los invitados que de a poco fueron ingresando al teatro Mercedes Sosa. Allí sesionó la Legislatura local para aprobar los pliegos de Manzur y su vicegobernador Osvaldo Jaldo y también fue el escenario donde se expresó el diverso arco de alianzas en el que se movió durante los cuatro años de su primer mandato y que le sirvió al tucumano para conducir una provincia sin grandes conflictos, sin deuda en dólares --como destacó en más de una oportunidad-- y con potencia electoral para respaldar a la triunfante candidatura presidencial de Alberto Fernández.

Así fue que entre las más de 1500 butacas que tiene el teatro no solo hubo legisladores locales, diputados nacionales sino también sacerdotes católicos, maronitas (Manzur es cristiano maronita), rabinos, empresarios, banqueros y una selecta presencia de dirigencia sindical y política netamente peronista. La presencia kirchnerista fue mínima y por el mundo gremial sólo hubo un dirigente cercano al moyanismo: Sergio Palazzo (Asociación Bancaria).

Ese universo de alianzas de Manzur quedó expresado en su discurso donde no sólo destacó el haber sobrevivido al macrismo y que lo hizo con una frase muy tucumana, "la aguantamos cuatro años", sino que también señaló que se consiguió este objetivo porque evitó caer en la tentación de aplicar "el modelo neoliberal" que no sólo se imponía en la Argentina sino también en la región. También señaló que el perfil de su gobierno fue claramente peronista porque desde siempre aplica los designios de Juan Domingo Perón. Una aclaración que pareció estar destinada a marcar diferencias con el sector kirchnerista del Frente de Todos porque, como se dejó trascender, lo sindican como responsable de cierto destrato que sufrieron los mandatarios provinciales durante el acto del domingo donde se festejó el triunfo de les Fernández. Una supuesta situación que los más cercanos colaboradores de Alberto ayer negaron a este diario de manera categórica.

Más allá de esa situación, Manzur se preocupó en su discurso de ratificar y destacar su alineamiento con Fernández: "Miren el destino. Dije que la aguantamos cuatro años y hoy el destino quiso que un hombre al que quiero y respeto mucho esté aquí con nosotros, es el presidente electo de todos los argentinos, Alberto Fernández". En ese sentido, Manzur logró que fuera Alberto quien le entregara el bastón de mando, que estampara su firma en el acta notarial de asunción y que también diera un discurso.

Fernández le concedió todos estos deseos a Manzur no sólo por el afecto personal que se prodigan ambos sino también en agradecimiento a la activa participación del tucumano en la tarea de sumar respaldo político a su candidatura presidencial, principalmente de los gobernadores. Así, luego de entregarle el bastón de mando a Manzur, Fernández desarrolló su discurso donde aseguró que su principal desafío es que "nadie más pase hambre en la Argentina". En ese sentido indicó que "vamos a hacer la mejor de nuestras epopeyas. Vamos a arremangarnos todos", dijo y comprometió no solo su gobierno sino a los gobernadores en esta tarea que deberá comenzar en diciembre próximo. "Tienen mi compromiso, empezamos una Argentina que va a ser gobernada por un presidente y 24 gobernadores y vamos a hacerla federal. No va a ser un discurso, va a ser una realidad. El futuro comenzó el domingo", aseguró.

Más allá del compromiso, Fernández destacó que "el escenario actual parece difícil, y lo es", dijo para luego cuestionar las medidas económicas de Macri: "No se sabe muy bien si esas políticas fueron impulsadas con convicción o si fueron improvisadas, porque en ese caso se equivocaron". Poco después, Manzur hizo que Fernández volviera  a realizar un discurso. Esta vez en el balcón de la casa de gobierno, algo inusual en la política tucumana y que fue festejado por los presentes. Desde allí, Fernández pareció responder a las molestias de los gobernadores cuando convocó a dejar de lado las desavenencias. 

Poco después, Fernández y su comitiva que integraron Santiago Cafiero y Juan Pablo Biondi, se trasladó hasta la ciudad santiagueña de Termas de Río Hondo. Allí lo esperaba Gerardo Zamora con quien Fernández inauguró un Centro Integral de Salud. El presidente electo aseguró que "desde el domingo que estamos pensando cómo cuidamos más a nuestros docentes, cómo le damos el salario que merecen, cómo le damos nuestras escuelas a nuestros hijos que vayan allí a aprender y no solamente a buscar subsistir en una Argentina empobrecida. Estamos pensando, cómo vamos a volver a poner en pie al Ministerio de Salud y el Ministerio de Trabajo".

Fuente: Página 12



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