Las palabras del título me surgen al ver los videos que se adjuntan a esta nota. 

Vergüenza ajena da ver a un colega haciendo la nota más miserable que he visto, porque si bien es cierto que hay mucho periodismo miserable en estos días, esto ya es cualquier cosa. Y no me quiero acostumbrar a consumir periodismo miserable. 

Más vergüenza ajena da ver a un funcionario judicial, que debería llevar adelante una investigación, en forma independiente y sin prejuicios, siendo prejuicioso y nada independiente y respondiendo cual perrito faldero a los intereses de esa misma prensa miserable y vaya a saber de quien más, ya que expone sin ambages a menores implicados en un caso (algunos de ellos implicados únicamente por la fiscalía) , saca conclusiones apresuradas e irreflexivas y prejuzga sin miramientos, prestándose morbosamente al juego mediático.

Pero mucha más vergüenza ajena y algunos sentimientos más me da al ver a una madre, mirando histriónicamente a cámara, exponiendo vilmente a su propio hijo, vaya a saber con qué objetivo... porque tanto si el acusado es culpable o inocente, dicha exposición era absolutamente innecesaria.

Posiblemente esa actuación pueda convencer a los televidentes de Gualeguaychú, donde salió el programa que incluye estas entrevistas, pero aquí, en Lucas González no convencen a nadie.  

Al final, el único que pensó en ese niño, fue, curiosamente el abogado defensor del acusado... por eso... vergüenza ajena. 

LINKS DE LOS VIDEOS : 

https://www.youtube.com/watch?v=xQKpKeRoGCU&feature=youtu.be

https://www.youtube.com/watch?v=_HvthVQhHtM